viernes, 28 de noviembre de 2008

Dep


Ella sólo sabe mirar con los ojos cerrados.
Lloran sus lágrimas por salir despedidas contra el abismo.
Gritan sus silencios pervertidos entre heladas caricias.
Convierte hasta el mejor mes en un puñado de frío y hojas caídas, afiladas y sin compasión.
No perdona a el tiempo, y el tiempo tampoco le guarda rencor.
Se mete entre los recobijos de los corazones más desgastados para estirpar los restos de una vida que nunca supo vivir.
Es traidora, y hace jurar las más bellas cosas que el mundo ha sentenciado jamás.
Tiene un aliento dulce, pero la amargura de su nombre es peor que los llantos que arranca.
Su bandera es incolora y carece del músculo del dolor por preferencia, corazón.
Camina sin cuidado entre sigilos de esperanza, pero clava las más oxidadas lanzas por la espalda.
Y ella muere,
cada vez que nos ve morir por ella.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Mañana será otro día

domingo, 9 de noviembre de 2008

Lo que me provocas, me asusta un poco, pero me gusta.

Me follé a las drogas blandas, jodí a las duras. Me perdí entre tus mares de ignorancia, y naufragué entre suspiros irritantes. Tumbé a los necios noveles en química, soporté críticas justas, toleré muchas más injustas. Me ahogué en levadura, también las puse duras. Se te escapó la espuma por su cuello, se me disgregaron las ganas de cogerte al vuelvo.
Y te crees que la vida se gana con sonrisas, y no sabes que sin armas no sonríes. Mi arma es tu mirada y tu mirada es sátira. Y las palabras que sangran mientras callas se quedan sin palabras. Que no corras al desconsuelo, si nunca supiste tocar el cielo con la punta de los dedos, si te cegaste antes de dignarte a ver.
Si no te paraste ni siquiera a mirar.
Que hoy respiro...
No por casualidad.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Tu sombra es alargada


Sangran las calles cuando pienso, lloran cuando siento. Y si no lo hago, muero. Es la pena que cumplen los que pecan por autodestrucción, los que viven por y para una causa perdida, o no perdida, simplemente se basan en el drama que rige sus vidas. Quiero perderme entre lo que no tengo, sentir todo lo que no me dicen, y de lo que me digan oír poco. Te quiero a ti ignorancia infiel, porque te muestras cuando no debes y cuando te busco estás ausente. Siente lo que fotografío, porque es lo más hermoso que sale de mí, lo único fuera de tu alcance que te puedo ofrecer, y además, porque hablo en imperativo. Para que nadie me haga caso, no importa, esa es otra de mis costumbres a la que ya estoy acostumbrada, pero tampoco me quita el sueño. Pocas cosas me lo quitan. Pues es el único camino hacia la nada. Y eso es lo que quiero, nada, y de entre nada ahogarme en los charcos formados por tus lágrimas, yo ya no lloro. Enamóreme de los huecos de carretera por donde se cuela el agua recién caída, y que hacen, sin que te des cuenta, que tu sombra sea alargada, que tu recuerdo se mezcle con el tono áureo que proyectan las farolas.
Me duele, una vez más, lo que tú hiciste que latiera, para acallarlo con sendeces.