sábado, 2 de febrero de 2008

Oh,me.


Todo huele a vacio,a podrido, como si hubieran cogido una pajita y hubiesen absorbido las ganas de todo, el verde de los árboles, la inocencia de los niños, los gritos de los que nadie escucha, la intolerancia de los que lo tienen todo, la indiferencia de quien no tiene nada, y de nada vive, como el músculo que reside en la parte izquierda de tu pecho, que ya no se alimenta de primeras impresiones y emociones sin sentido. Ahora su menú se basa en plaquetas, hematíes y leucocitos, lo de siempre. Pero esta vez con una gran ración de ajo. Para hacerlo más amargo todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Artista!

Como me gustan tus textos madre mia madre mia ...