Me gustaría invernar entre comillas, comas y puntos seguidos, saber de la necesidad que me producen las palabras y de la cobardía que me produce el nombrarlas. Restregar el tópico del café por todos los bares que encubren almas solitarias dispuestas a no dormir. Y romper todas las cadenas de frases consecutivas que vomito como si de vómito se tratase. ¿Tantas preguntas para una sola respuesta? O quizá es que no sepa arraigar un tema de consideración popular.
Yo solo sé que me pesan los parpados como si de yunques se tratasen, que me tiemblan los pies al andar y las rodillas al sentarme, que me duelen los oídos de tantas notas y de escuchar tan poco, que el qué se me queda corto, y que sólo duermo por seguirle fiel a las costumbres. Y tú no puedes estar entre ellas.”